El mercado de alquileres temporarios es una industria de 100 mil millones de dólares que transformó el turismo global, acelerando una crisis inmobiliaria a nivel mundial y creando fortunas para los primeros en adoptar esta modalidad. Sin embargo, en la actualidad, los clientes, el gobierno y los propios anfitriones están rechazando un concepto que inicialmente surgió como una alternativa divertida a las tradicionales cadenas hoteleras, pero que terminó representando todo lo que no hay que hacer en el ámbito inmobiliario moderno. El auge del mercado de alquileres temporarios se produjo cuando Brian Chesky y Joe Gebbia intentaron alquilar una habitación adicional para sus asistentes en una conferencia, ya que se dieron cuenta de que todas las habitaciones de hotel estaban reservadas. Llamaron a su servicio "Air Bed and Breakfast", que más tarde se acortó al conocido y amado (u odiado) servicio de alquiler a corto plazo que hoy conocemos como Airbnb. Actualmente, Airbnb vale más que cadenas hoteleras como Hilton y Wyndham combinadas, siendo la empresa líder indiscutible en este sector. La compañía logró entrar en mercados de todo el mundo, donde otras aplicaciones similares de mercado peer-to-peer, como Uber, Rappi e incluso Amazon, no lograron quitarle participación a la competencia local. Al principio, la idea fue bien recibida; los clientes la amaron por ofrecerles una alternativa más económica a los hoteles anticuados, y a los anfitriones les brindó la oportunidad de obtener ingresos extras alquilando una habitación que no usaban o incluso una propiedad entera. Sin embargo, las cuatro partes que hacen funcionar el mercado de alquiler temporario: los clientes, los anfitriones, el público y las plataformas, están enfrentando cinco problemas que amenazan con deshacer este mercado y poner en riesgo muchas otras inversiones inmobiliarias. #airbnb #mercadoinmobiliario #finanzas #negocios #alquiler #alquilervacacional